Por: Jaime Danilo Garzón, Andrés Felipe Rodríguez, Angie Paola Fajardo y María Camila Rivera. 804 Sede B
Todo empezó cuando Natalia tenía 14 años. Ella tenía un novio llamado Andrés, llevaba una relación de un año y se sentía muy felices de estar al lado de él. Un día Natalia se enteró que estaba embarazada. Su primera reacción fue contarle a su novio Andrés pero él negó su paternidad y le dijó que arreglara las cosas como pudiera. Natalia lloró desconsoladamente pues estaba segura que encontraría apoyo en el padre de su hijo.
Esta es una situación que se repite a diario en muchos hogares colombianos. Comúnmente un embarazo trae alegría a un hogar, a una familia; pero este acontecimiento en una adolescente trae desesperanza, angustía, temor y decisiones inmaduras.
Natalia al sentirse sola acudió a su familia. Desafortunadamente allí sólo encontró recriminaciones, rechazo y el desalojo de su casa. De pronto se vio en la calle sola, desamparada y con un niño en su vientre. Cuatro meses después, Natalia tomó la decisión de abortar, pero su mamá quien había ubicado el lugar donde ella se estaba quedando fue al sitio, le dijó que regresara a su casa y le pidió perdón por no apoyarla desde un comienzo.
El 23 de septiembre nació Lady Valeria, y Natalia está feliz aunque ella confiesa que tener la niña le cambió la vida, su rutina diaria, sus amigos, sus juegos y ahora su futuro es otro porque tiene metas que giran en torno a su hija.
La Escuela Normal no es ajena a esta problemática, aunque se ha notado un avance en los últimos años, gracias al trabajo en educación sexual realizado por los maestros y el departamento de orientación. Estas son algunas opiniones de maestros frente al tema “Los jóvenes y adolecentes de la Normal tienen las hormonas muy alborotadas y ellos ya tienen responsabilidades, pero no para criar un hijo” expresó Rosalba Gómez profesora de Biología. La Coordinadora Ángela de Pastrana dice “No hay una preparación física ni psicológica para asumir este rol, van a dejar de jugar con las muñecas para ponerse a criar hijos y eso no es conveniente”. Por su parte, el docente Rito Ávila afirma “no saben utilizar métodos anticonceptivos como el condón entre otros. Cada cosa se debe hacer en su momento porque primero se deben educar, y este momento es para estudiar y disfrutar la vida.
Con la historia de Natalia queda claro que las relaciones sexuales a temprana edad, sin una protección y orientación clara trae consigo consecuencias graves. El nacimiento de un hijo debe ser planeado, deseado y no fortuito. El joven debe ser consciente y responsable con su vida sexual con el fin de prevenir un embarazo no deseado o una enfermedad de transmisión sexual.
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